En el Estado actualmente se encuentra un sistema de salud en evidente abandono, con necesidades urgentes de infraestructura en mantenimiento y ampliación de espacios, equipamiento, abastecimiento de medicamento e insumos, con un déficit de médicos y especialistas, que permitan cumplir con lo establecido por el gobierno federal de construir un sistema de salud gratuito y universal con especial énfasis a la población más vulnerable. Con la necesidad urgente de establecer procesos internos que permitan sentar las bases para la planeación y gestión de un sistema de salud eficiente.
Gráfica 11 . Estructura de la población en el Estado
Fuente: Censo de Población y Vivienda, INEGI 2020.
En San Luis Potosí, señala el Censo de Población y Vivienda de 2020 del INEGI, había 2 millones 822 mil 255 habitantes, de los cuales 1 millón 449 mil 804 son mujeres y representan el 51.4% de la población total. La relación hombre - mujer (es decir, hombres por cada 100 mujeres) es de 94.6.
En 2021 la esperanza de vida al nacer en San Luis Potosí fue de 75.03 años, poco más baja que la media nacional que fue de 75.2 años, entre mujeres y hombres es de 77.69 y 72.39; mientras que en 1980 era de 66.5 años total y
entre mujeres y hombres, 69.97 y 63.31 respectivamente.
Se observa que las mujeres en general viven más años que los hombres, aunque la brecha se acorta por la inclusión de las mujeres a la vida laboral aparte de las actividades que aún llevan como madres.
Es importante mencionar que el estado de San Luis Potosí cuenta con dos zonas de mayor concentración de la población: Centro y Huasteca, datos que se deben tomar en cuenta para determinar la ubicación estratégica de
los servicios de primer nivel, segundo nivel y especialidades. Considerando a la par las condiciones de dispersión de la población y la necesidad de vías de acceso a muchas zonas y comunidades, que representan una de las problemáticas para cumplir con los objetivos de acceso a la salud, por lo cual surgen diferentes proyectos que buscan dar soluciones directas y alternas a las dificultades.
San Luis Potosí se considera en el ámbito nacional como de alto grado de rezago social, según lo marcan los indicadores de alfabetización, educación, vivienda, acceso a servicios públicos, servicios de salud y hacinamiento.
Asimismo, el 99% de localidades se caracterizan como rurales, pero sólo el32.8% de la población habita en ellas. El 67.2% de la población es clasificada urbana, concentrada en los municipios de San Luis Potosí, Soledad de
Graciano Sánchez y Ciudad Valles, principalmente.
Esta situación de las localidades es causa de la falta de accesibilidad a los servicios de salud por estar la mayoría de ellas apartadas, sin accesos por carretera pavimentada o terracería y por tener menos de 50 habitantes, lo
cual hace difícil llevar una atención integral a dicha población.
Las desigualdades persisten también por el lado de los ingresos dado que al segundo trimestre de 2021 el 59% de la población ocupada percibía hasta dos salarios mínimos.
Respecto a la población con acceso a servicios de salud, con datos de censos y conteos de población y vivienda del INEGI, en 2020 San Luis Potosí ocupó el cuarto lugar nacional con el 82.5%, mientras que el promedio nacional
fue 73.5%.
El municipio más poblado es su capital San Luis Potosí, le siguen Soledad de Graciano Sánchez, Ciudad Valles, Matehuala, Rioverde, Tamazunchale, Mexquitic de Carmona, Villa de Reyes y Xilitla. La concentración poblacional está asociada al desarrollo económico de esas ciudades.
Por su situación demográfica los Servicios de Salud se dividen en siete jurisdicciones sanitarias: San Luis Potosí, Matehuala, Soledad de Graciano Sánchez, Rioverde, Ciudad Valles, Tamazunchale y Tancanhuitz.
En San Luis Potosí, según estimaciones del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), el 51.6% de la población es no derechohabiente, por lo que se integra a los Servicios de Salud estatales, ante lo cual se beneficiarán de manera directa (1 millón 456 mil 628 habitantes) en el Estado1.
Sin embargo, a pesar de ese logro en porcentaje de acceso a servicios de salud, San Luis Potosí está considerado de los estados que menos invierten en materia de salud ocupando en lugar nacional 25.
Los Servicios de Salud de San Luis Potosí están conformados por una red de 184 unidades de primer nivel de atención, 94 unidades médicas tipo brigada, ocho hospitales básicos comunitarios, cuatro hospitales generales, un hospital materno infantil, una clínica psiquiátrica y un hospital de alta especialidad. Adicionalmente se cuenta un centro regional de desarrollo infantil y estimulación temprana, siete Centros de Atención Primaria en Adicciones (CAPA), dos Centros Ambulatorios de Prevención y Atención del Sida y Atención del Sida e Infecciones de Transmisión Sexual (CAPACITS), dos Centros Integrales de Atención Mental (CISAME), ocho unidades para problemas de sobrepeso, pacientes con hipertensión arterial y diabetes mellitus (SORID) y una unidad de cirugía ambulatoria (UNEME).
Respecto a la seguridad social del Instituto Mexicano de Seguridad Social, Programa Bienestar (IMSS Bienestar) se tienen 208 unidades médicas rurales, 22 brigadas de salud, nueve unidades médicas móviles, seis hospitales rurales y cinco centros de atención rural obstétrica.
El promedio de camas censables de todos los hospitales del sector en el Estado es de 0.86 por cada 1 mil habitantes, siendo la recomendación de la Organización Mundial de Salud (OMS) de ocho a diez camas por cada
1 mil habitantes. La brecha por cubrir es muy grande. Según datos de esa Organización, el promedio de México en 2017 fue de 1.4 camas por cada 1 mil habitantes. Es necesario ampliar su número para atender a la población y reducir el porcentaje de ocupación de los hospitales. Los Servicios de Salud cuentan con 420 consultorios de medicina general, 317 de planificación familiar y 195 de odontología; 29 unidades de radiología y 68 laboratorios clínicos en unidades.
En cuanto a capacidad hospitalaria del IMSS régimen ordinario se tienen cinco hospitales, uno del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) y un hospital de la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) y un hospital de PEMEX.
1Medición de la pobreza, CONEVAL. XII Censo de Población y Vivienda 2000, Censo de Población y Vivienda 2010, Encuesta Intercensal 2015 y CONEVAL Censo de Población y Vivienda 2020.
En cuanto a las enfermedades de mayor incidencia en el Estado, se observa un cambio en las principales causas derivado del fortalecimiento de las políticas públicas en salud aparejado con la mejoría en los servicios como:
agua potable en domicilio y viviendas con piso y techo firmes, número de ventanas, más cantidad de cuartos, letrinización, al contar con actividades dirigidas a la promoción y a la prevención para mantener la salud de las
y los potosinos, lo que ha permitido que las enfermedades llamadas de la pobreza, se desplacen a los últimos lugares o bien desaparecer en la incidencia excepto las infecciones respiratorias agudas que permanecen
en el primer lugar.
En 1989 las enfermedades parasitarias eran los principales motivos de morbilidad y para 2020 han cambiado, sin embargo, las enfermedades infecciosas se mantienen y aquellas asociadas con estilos de vida poco saludables se encuentran en las principales causas de morbilidad general. Al evaluar las cuatro regiones del Estado se observa que la morbilidad se asemeja de manera importante, con alta frecuencia de enfermedades como infecciones respiratorias agudas e intestinales, seguidas de las relacionadas con malos hábitos de vida como hipertensión arterial y diabetes mellitus, infecciones de vías urinarias, gingivitis, enfermedad periodontal y estatus asmático.
En 2020 surge una nueva enfermedad respiratoria en el mundo que se vuelve pandemia llamada Sars-Cov 2 causada por el virus COVID-19 de alta transmisión y letalidad, representando un reto para todo el sistema de salud en cuanto a cómo controlarla y disminuir el número de contagios. A la fecha el panorama para la población global es incierto por su comportamiento desconocido y los posibles daños en la salud que puedan causar sus variantes.
Es patente que los esquemas de vacunación han sido una estrategia positiva que ha logrado detener y cambiar la tendencia del crecimiento, sin embargo, aún no se debe bajar la guardia y es muy importante mantener las medidas de control sanitario como la sana distancia, el uso de cubrebocas al estar en contacto con la gente, no hacer reuniones multitudinarias y mantener los espacios abiertos y ventilados.
Adicionalmente, la presencia del virus COVID-19 durante 2020 y 2021 provocó que varios programas de salud tuvieran que reforzar las actividades de seguimiento y supervisión para seguir atendiendo a pacientes en control como es el caso de la tuberculosis, obesidad, HTA, diabetes y VIH /Sida.
En la región Huasteca del Estado es donde se concentra el mayor número de casos de tuberculosis, esto debido a las condiciones de vivienda, costumbres, condición económica, y falta de acceso a los servicios de salud en algunas comunidades. El seguimiento de los casos por parte de las instituciones de salud no ha sido el adecuado por falta de recursos humanos suficientes para proporcionar un tratamiento estrictamente supervisado. Un factor de riesgo importante es ser contacto de un paciente con tuberculosis pulmonar sin tratamiento, así como pertenecer a grupos de riesgo como migrantes, personas privadas de la libertad, personas que habitan en asilos y vivir en alguna condición de hacinamiento.
Las enfermedades crónicas degenerativas constituyen uno de los mayores retos para el sistema estatal de salud por el gran número de casos registrados, su cada vez mayor contribución a la mortalidad, así como la complejidad y su elevado costo en el tratamiento. Los factores de riesgo de estas enfermedades son tabaquismo, alcohol,
contaminación ambiental, fallas en la promoción de estilos de vida saludable, sedentarismo, falta de detección y control, colesterol, estrés, malos hábitos alimenticios, entre los principales.
En cuanto a las causas de mortalidad se cuentan a la vez muertes prevenibles y por otro lado muertes difícilmente controlables como diabetes mellitus, enfermedades cardiacas, hipertensión arterial, cáncer y patologías cerebrovasculares.
En las causas de mortalidad de los potosinos se observan múltiples factores que afectan estas tasas, entre ellos se puede considerar: tipo de atención, calidad, promedio de desarrollo de un municipio, entre otras; sin embargo, el riesgo de fallecimiento no está determinado sólo por su edad y el sexo, sino también por la influencia de la condición social.
El COVID-19 fue en ese año la segunda enfermedad más letal en la población. A noviembre de 2021 se tienen registradas 6 mil 800 defunciones las cuales se distribuyen de la siguiente manera por grupo de edad y sexo:
Tabla 14 . Defunciones a causa de la enfermedad de COVID-19 en el Estado, por sexo y grupos de edad
Fuente: Servicios de Salud del Estado con datos de la Secretaría de Salud.
Las diarreas y las infecciones respiratorias agudas continúan siendo causas importantes de mortalidad en menores de cinco años.
Destaca que en las últimas décadas en México se ha visto una disminución importante de la mortalidad infantil pasando de 34.84 defunciones en menores de un año por 1 mil nacidos vivos en 1990, a 11.26 en 2020; en San Luis Potosí se pasó de una tasa de 40.88 en 1990 a 9.43 en 2020.
Causas adicionales de mortalidad infantil son las infecciones respiratorias y neumonía, las cuales se incrementan en infantes malnutridos con ausencia de lactancia materna y esquema incompleto de vacunación. Igualmente aparecen los accidentes y las tumoraciones malignas como una de las cinco principales causas de mortalidad en menores de 5 años.
Otros factores de riesgo biológico causantes de la mortalidad son edad materna menor a 15 años y mayor a 40 años, nivel de escolaridad de la madre de menos de seis años o analfabeta, número de hijos más de siete,
falta de control prenatal, infecciones durante el embarazo, desnutrición de la madre durante el embarazo, bajo peso al nacer, parto pretérmino y ausencia de lactancia materna.
De acuerdo con el Diagnóstico de Salud de San Luis Potosí 2018-2021, para el cierre de 2020, la Razón de Mortalidad Materna (RMM) calculada es de 46.6 defunciones por cada 100 mil nacimientos estimados, lo que representa un incremento del 37.8% en comparación con la misma fecha de 2019.
En el periodo de 2015 a 2020 en el Estado ocurrieron 95 muertes maternas. Hasta 2019 se mantuvo por debajo de 17 casos anuales; sin embargo, derivado de la pandemia del SARS-CoV-2 se observa un incremento de 14 casos en relación con el 2019 lo que representa un incremento de 200% con la media de ocurrencia en años anteriores.
Por lo que respecta al índice de embarazos, San Luis Potosí ocupa el lugar número 12 a nivel nacional. Este sitio se ha obtenido gracias a la estrategia de Anticoncepción Post Evento Obstétrico (APEO) en adolescentes, así como el incremento en los niveles de consejería y la promoción de métodos de planificación familiar por personal capacitado y por la unidad de Servicios Amigables, donde la población de 10 a 19 años puede acudir a
recibir orientación de salud sexual y reproductiva.
Se identifica claramente que el embarazo, el parto y el puerperio en realidad no son enfermedades, pero en condiciones de riesgo, como edad, comorbilidades, entre otras, pueden conllevar a la muerte de la madre y
del recién nacido.
El panorama en el Estado a 2019 fue de 31.1 defunciones por cada 100 mil nacimientos estimados, lo cual representa una disminución de 3.6%respecto al mismo período de 2018.
Las principales causas de defunción en el período de salud materno fetal: hemorragia obstétrica (20.4%), enfermedad hipertensiva, edema yproteinuria en el embarazo, el parto y el puerperio (20.6%), y aborto (9.0%).
Padecimientos como el cáncer cervicouterino y mamario, continúan como las principales causas de mortalidad, aun a pesar de contar con programas y campañas de detección en todo el estado de San Luis Potosí mediante las unidades médicas.
Actualmente, México es uno de los países con mayor índice de síndrome metabólico. El incremento progresivo de estos padecimientos generará una mayor demanda de servicios de atención en los potosinos, así como de costos para su atención, principalmente por sus complicaciones.
Según el Diagnóstico Sectorial de Salud del Estado 2018, la mortalidad en los adultos y adultos mayores en San Luis Potosí se ha incrementado, por el estilo de vida derivado de los malos hábitos alimenticios y de actividad, por lo que la diabetes mellitus es el primer lugar de mortalidad en esa población. El mismo Diagnóstico cita que junto con esta enfermedad los padecimientos vasculares como la hipertensión arterial han provocado que la mortalidad por cerebrovasculares sea la segunda causa de muerte, secundaria también a una diabetes mellitus no tratada, o más recientemente en asociación con el estrés, situación ya endémica en nuestra sociedad.
Finalmente, respecto a salud mental es importante destacar que las lesiones autoinfligidas asociadas a estos trastornos y suicidios son un problema de salud pública creciente que debe atenderse de manera inmediata, dado que ya se cuenta con suicidios en niños y adolescentes en ambos sexos, y los programas actuales de manejo y prevención son ineficientes para nuestra situación actual, incrementada por las secuelas de la pandemia que vivimos. El enfoque principal de estos problemas debe ser integral y multidisciplinario que permita la creación de un instituto potosino de salud mental.
Consolidar el avance en el acceso a los servicios de salud de la población enfocando, dentro de la normatividad, las acciones de infraestructura física, de recursos, abasto de medicamentos e insumos médicos y equipamiento hacia las localidades en donde todavía hace falta.
En el proceso de reducción efectiva de la desigualdad por condiciones geográficas, dispersión poblacional, origen étnico y discriminación por género que afecta entre otros el acceso a los servicios de salud es importante
continuar y promover nuevas políticas públicas orientadas hacia el logro
de ese objetivo.
La ampliación de los servicios de rayos x, dental y laboratorio de análisis clínicos en algunas cabeceras municipales, han sido fundamentales en cuanto a la percepción de la población de contar con atención médica, dado que ya no se trasladan largas distancias a buscar este servicio, lo que les impacta en tiempo y dinero. No obstante, a lo anterior, se continúa con huecos territoriales de estos servicios, por lo que se considera que deben ampliarse en unidades médicas del IMSS Bienestar quienes concentran una gran cantidad de población en la zona rural, que carecen de estos servicios básicos de salud.
El modelo de atención primaria integral a la salud logrando participación de la comunidad en el autocuidado de la salud, seguirá utilizándose como la estrategia más efectiva de proveer los servicios de salud en el primer
nivel de atención con enfoque inclusivo y de calidad.
Asimismo, se continuará la cobertura realizada en la Entidad a través de las 94 brigadas médicas móviles y 13 caravanas, para garantizar el paquete básico de servicios de salud con intervenciones de alto impacto. El programa de Cirugía Extramuros que lleva a las localidades apartadas el servicio de corrección de estrabismo, extracción de catarata, cirugías de algunas patologías del corazón, entre otras será reforzado para que continúe dando atención a ese sector de la población.
Se avanzará en la coordinación intersectorial con el objetivo de disminuir los factores de riesgo de las principales enfermedades no sólo para reducir el número de casos y lograr una mejor calidad de vida de la población sino
también para reducir las incidencias, tener menos pacientes en consulta, tratamiento y hospitalización.
Respecto a las enfermedades de síndrome metabólico se vuelve prioritaria la identificación de la población en riesgo cada vez que utilizan una unidad médica del sector salud, mediante tamizajes y detecciones.
Otra variable clave será la prevención, promoción y educación en salud para fomentar el autocuidado y el apego al tratamiento, y por otra parte disminuir en número de casos positivos, no solo por el alto costo familiar y público de la atención y tratamiento.
Respecto a la salud materna se fortalecerá la red para el seguimiento y atención de mujeres embarazadas, la planificación familiar con pláticas a adolescentes, jóvenes y parejas y fomentar la lactancia materna.
Cabe señalar que actualmente se cuenta con número importante de mastógrafos pertenecientes al sistema de salud de San Luis Potosí, que permite disminuir el tiempo de diagnóstico al abarcar una mayor área de
detección y beneficiar a un mayor número de potosinas.
Se deberá incrementar el presupuesto para la capacitación de los recursos humanos, tanto en la parte técnica como en la sensibilización de enfoque inclusivo y multicultural con el objetivo de contar con mejores profesionistas y que el aprendizaje se vea reflejado en una atención a la población de mayor calidad y eficiencia.
La cultura organizacional es una pieza clave en una institución para que los recursos humanos conozcan la misión, visión y valores, los pongan en práctica y tengan un sentido de pertenencia y trabajo en equipo.
Con respecto a la atención de los pueblos indígenas, se continuará incentivando la inclusión de un promotor bilingüe a fin de lograr la identidad con los servicios de salud al escuchar las estrategias en su propio
idioma. Los pueblos indígenas del Estado tienen conocimientos básicos de herbolaria, con sus aplicaciones directas; por lo cual, suelen contar con prestigio y respeto entre la población, porque son ellos a quienes las
comunidades acuden de primera instancia ante alguna eventualidad en salud.
Los Servicios de Salud de San Luis Potosí, han logrado aceptación a través de la integración para su capacitación en el Paquete Básico de Servicios de Salud y principalmente en aspectos relacionados con la salud materno- infantil, por medio de las asociaciones de médicos tradicionales en el Estado.
También se cuenta con los grupos de senectud para los cuales se ofrece una atención más integral mediante la coordinación de los Servicios de Salud del Estado con otras dependencias e instituciones como: el Instituto Nacional de las Personas Adultas Mayores (INAPAM), el Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia y Organizaciones No Gubernamentales para programas enfocados a la atención al adulto mayor.
Para la atención a personas con discapacidad, se encuentra activo el programa Salud y Seguridad Social del Plan Estatal de Atención a Discapacitados por parte del DIF, con apoyo de la coordinación del Centro de Rehabilitación y Educación Especial (CREE), con estrategias dirigidas a fin de mejorar la atención, rehabilitación e integración de las personas con discapacidad en las comunidades rurales.